RETABLO. Relieve. Clave de bóveda. España, siglo XVI. Madera tallada, policromada y dorada.

Cubierta de clave de bóveda. España, siglo XVI.

Madera tallada, policromada y dorada.

Medidas: 40 cm. (diámetro).

El plafón, de formato circular, debió servir originariamente como cubierta de una clave de bóveda de piedra. Ya en la edad media, pero sobre todo en el Renacimiento y el Barroco fue habitual cubrir las piedras que cerraban y afirmaban las bóvedas de los templos y otros edificios importantes, las claves de bóvedas, con piezas de madera ricamente esculturadas, policromadas y doradas. En este caso el plafón se ha ornado con una sintética piña central, de formas geometrizadas, alrededor de la cual se disponen carnosas hojas vegetales. En la orla exterior se sitúan cuatro cabezas de angelotes, del tipo serafín o querubín, caracterizados por sus rasgos infantiles, de mejillas rollizas y cabelleras rizadas. Rizados roleos llenan el espacio entre las cabezas de ángeles, sumando una nota dinámica a la composición. Las cabezas de los putti se han encarnado, mientras que las alas, los elementos vegetales y los roleos se han dorado. Estos elementos dorados destacan y se leen correctamente gracias al contraste cromático con el fondo, policromado en un intenso tono azul.

Cubierta de clave de bóveda. España, siglo XVI.

Madera tallada, policromada y dorada.

Medidas: 40 cm. (diámetro).

El plafón, de formato circular, debió servir originariamente como cubierta de una clave de bóveda de piedra. Ya en la edad media, pero sobre todo en el Renacimiento y el Barroco fue habitual cubrir las piedras que cerraban y afirmaban las bóvedas de los templos y otros edificios importantes, las claves de bóvedas, con piezas de madera ricamente esculturadas, policromadas y doradas. En este caso el plafón se ha ornado con una sintética piña central, de formas geometrizadas, alrededor de la cual se disponen carnosas hojas vegetales. En la orla exterior se sitúan cuatro cabezas de angelotes, del tipo serafín o querubín, caracterizados por sus rasgos infantiles, de mejillas rollizas y cabelleras rizadas. Rizados roleos llenan el espacio entre las cabezas de ángeles, sumando una nota dinámica a la composición. Las cabezas de los putti se han encarnado, mientras que las alas, los elementos vegetales y los roleos se han dorado. Estos elementos dorados destacan y se leen correctamente gracias al contraste cromático con el fondo, policromado en un intenso tono azul.