Obra original de Josep Armet i Portanell (1843–1911), pintor catalán del siglo XIX reconocido por su técnica refinada y su mirada sensible sobre la realidad. Formado en la Escuela de Bellas Artes de La Llotja de Barcelona, completó su educación artística en Roma, donde se relacionó con algunos de los grandes nombres de la pintura de su tiempo como Marià Fortuny. Su obra abarca paisajes, escenas de género, retratos y piezas decorativas, con un estilo realista y un tratamiento delicado de la luz y el detalle.
A lo largo de su carrera participó en numerosas exposiciones y fue reconocido con varios premios (mención honorífica en la Exposición Nacional de Bellas Artes del 1864 y tercera medalla en 1866) por la calidad y elegancia de su pintura.
Esta obra, donde representa un paisaje naturalista, es una muestra de su delicada visión hacia la naturaleza y el uso de la luz.