El Conde Karolyi fue un pintor vibrante, gran dominador del color, con el que logra delicadísimos matices, en una pintura moderna de procedimiento, pero clásica en cuanto a formas y volúmenes.
El ilustre pintor húngaro trabajó en Londres tres años con el famoso pintor Laszlo — húngaro también — a quien llamaban el «rey de los retratistas» y el «retratista de los Reyes».
Discípulo de Zuloaga, también trabajó con él en París, en su juventud.
Vivió gran parte de su vida en España.