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Postal fotográfica de Funeraria La Sepulcral

2 de nov, 2018 por Ignacio del Valle

Fotografías post mortem para la eternidad

La fotografía post mortem es un género artístico con hondas raíces antropológicas. Nace con el daguerrotipo y retrata la memoria de una sociedad que convivía cara a cara con la muerte.


Celebramos los días de todos los santos y los fieles difuntos. En todocoleccion recordamos un género artístico con hondas raíces antropológicas. La fotografía post mortem, que nace y se desarrolla con la invención del daguerrotipo, retrata la memoria de una sociedad que convivía cara a cara con la muerte.  

Arqueólogos y antropólogos han explicado la evolución de la humanidad a través de los enterramientos y vestigios de ritos y ajuares funerarios. La compasión, los trascendentalistas y vida futura y plena más allá de este valle de lágrimas, es la gran promesa común a todas las religiones. En estos días de crisantemos es costumbre frecuentar el cementerio para limpiar y embellecer las tumbas de los familiares queridos. Tradiciones que se transmiten de generación a generación y chocan con las aspiraciones actuales de una cultura hedonista, enfocada a la belleza y a la juventud, que da la espalda a la muerte. No siempre fue así.

 

Antigua fotografía albumina de mujer fallecida

 

Entre las costumbres del siglo XIX la fotografía post mortem nos inquieta. Una práctica que puede herir sensibilidades tiene su explicación. A partir de la llegada del daguerrotipo en 1839, surgió del París de las modas la tendencia de fotografiar a los muertos. No de una manera cualquiera. Los difuntos se retrataban vestidos, acompañados por sus padres o hijos, sentados, acostados, disimulados entre un grupo familiar. Los artistas de estas peculiares pompas fúnebres contaban con escenografías y soportes especiales para sostener los cuerpos erguidos y vívidas actitudes. Fotografiar con rapidez el cadáver, anticiparse a los signos rigor mortis, era vital. El coste de estas sesiones era caro. Respirando por el dolor, se encontraba la manera de financiar estos imprevistos y la práctica se permeabilizó de las clases altas a las bajas, igualándolas en el dolor.

 

Retrato post mortem de monja

Negación, ira, negociación, depresión y aceptación

En psicología, las fases del duelo de Kübler Ross describen el cóctel de emociones que nos atraviesan durante estos delicados trances. No hace tanto, los hombres advertían su ánimo con un botón oscuro en el ojal de la chaqueta o una banda negra en la manga incluso del abrigo. Las mujeres a partir de los cuarenta años estaban abocadas a los paños negros en un luto interminable.

Las imágenes más crudas, sin duda, las de bebés con apariencia de dormidos. Costumbre que parece macabra hoy, pero, antes de tachar de insensibles a nuestros tatarabuelos hay que situarse en su contexto. Por entonces no había tanto consumo de imagen ni pantalla, las clases acomodadas encontraron en la fotografía una forma excepcional de recordar al niño malogrado pariente fallecido. Con esa foto de ángel dormidito, se podía llorar en paz. La fotografía procuraba tener siempre presente los rasgos de su cara. Hacer más llevadera la pérdida y suavizar el recuerdo.

 

Fotografía post mortem de madre posando con su bebé muerto

La muerte cotidiana

En la época victoriana la esperanza de vida no llegaba a los 50 años, las condiciones insalubres de las fábricas y los arrabales de las ciudades con saneamientos deficientes, basura, calles de barro y excrementos de caballerizas. La tuberculosis, el cólera, el tifus, el sarampión… las paperas y la rubéola que se previenen ahora con vacunas podían complicarse con un resultado mortal. Charles Dickens en novelas como Casa Desolada (1853) describió estos ambientes precarios de los barrios proletarios con mordaz crítica social.

 

Carta de visita de señora post mortem

 

En todocoleccion, el mayor repositorio de descatalogados, hay más de 5.000 lotes relativos al arte funerario, grupos escultóricos, coronas y fotografías postmortem de alto valor documental. Vestigios de historias dignas de tener vivas en la memoria a las que acompañamos el sentimiento con todos los respetos.

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