Salvador Dalí se definía como mejor escritor que pintor. Ilustrador, grabador, escultor, diseñador, escenógrafo, cineasta, decorador, publicitario, novelista, autobiógrafo, viajero, gourmet y, sobre todo, GENIO. Un genio creativo. Dalí fue un exquisito agitador cultural de alas de mosca, de cisne y de ángel. En 1940 André Bretón le expulsó del movimiento surrealista con un insulto en acrónimo Ávida Dollars. Según el creador, "tenía razón en sentir vergüenza, pues (eran ellos) los que perseguían el dinero que despreciaban o aparentaban despreciar... Yo en cambio hago oro y lo adoro”.

 

Viaje a través de Gala

La biografía de Dalí desde Figueras a Nueva York. Íntimo de Federico García Lorca y Luis Buñuel, “los podridos” de la Residencia de Estudiantes en su auge juvenil en 1922. La surrealista aventura parisina de Un perro andaluz (1929) y La edad de oro (1930). Con el arrebato y amor de Gala encuentra a su guía definitiva, Elena Ivanova salva a Salvador Dalí. Una relación que engloba 50 años de extraña pareja y amor.

Llamo a mi esposa: Gala, Galuchka, Gradiva (porque ha sido mi Gradiva); Oliva (por el óvalo de su rostro y el color de su piel); Oliveta, diminutivo catalán de oliva (aceituna); y sus delirantes derivados: Oliueta, Oriueta, Buribeta, Buriueteta, Suliueta, Solibubuleta, Oliburibuleta, Ciueta, Liueta...

 

Gala orienta, manda, lee en voz alta y protagoniza en onírico y onanista imaginario a personajes sagrados de la religión cristiana y pagana. En un pequeño lunar en el lóbulo de la oreja izquierda de Gala se concentra “mi vida afectiva dominada por el drama de mi padre”. Un punto de belleza: ”aquel minúsculo relieve… relacionaba mi amor con la pasión por mi padre y con la pasión estética: con la potencia fundamental y con la belleza absoluta”. Un agujero negro donde estalla toda la energía creadora de Dalí.

Paranoico precoz

Huevos, panes, hormigas, pieles, saltamontes, erizos de mar, cristos, relojes blandos, playas rocosas de Cadaqués, rinocerontes, obeliscos y elefantes con patas de aguja, conectados todos los elementos en varios niveles de lectura: lo que el espectador ve, lo que el subconsciente codifica y las referencias implícitas al cientifismo de los últimos descubrimientos en biología molecular, física atómica, misticismo y la alquimia de Ramón Llull.

 

 

Salvador Dalí emplea de forma habitual la pareidolia, fenómeno utilizado en las evaluaciones psicológicas donde, a través de un estímulo leve y aleatorio (habitualmente una imagen como en el test de Rorschach) es percibido erróneamente como una forma reconocible. También investiga sobre efectos tridimensionales e incluso llega a intuir y graficar la espiral con la que se representa el ADN con años de anticipación.

Entre la mamarrachada mediática y el respeto de los premios Nobel “disfruto de la gloria que me han dado los medios de idiotización colectiva”. Dalí empleó las relaciones públicas, los periódicos, las revistas, radio y televisión para promocionar sus performancias, obra y marca personal con una eficacia visionaria. Acepta y se emplea a fondo en todo tipo de encargos con la condición de que estén bien pagados. Todo con una maestría a la altura de la excelencia creativa validada por el análisis paranoico-crítico, en su definición: "un método espontáneo de conocimiento irracional basado en la objetividad crítica y sistemática de las asociaciones e interpretaciones de fenómenos delirantes".

 

Genio con barretina

Orgulloso vecino del gerundense Ampurdán (Cataluña) con una multitud de hombres de carácter fuerte, fanatismo y afán por lo homérico prestado de los griegos. Tierra de ideas fijas y de singularidades “Esta gente son los paranoicos más grandes producidos en el Mediterráneo. Orígenes, naturaleza, condiciones de vida, del viento y del uranio subterráneo”. En 1964 en su Figueras natal idea la Fundación Gala-Salvador Dalí que hoy agrupa la gestión del Teatro-Museo de Figueres, el Castillo Gala Dalí de Púbol y la Casa Salvador Dalí de Portlligat.

 

Hombre renacentista

Salvador Dalí cuestionaba la ultra especialización y exigía una relación más cercana del artista con el conocimiento científico de vanguardia al modo renacentista. Además de extraordinario artista total, era ávido lector de publicaciones especializadas en psicología, filosofía, literatura, historia, biología, genética, matemáticas, física y cibernética. Se relacionó con las más grandes figuras de su tiempo. Y también se reconoció como admirador y estudioso compulsivo de Velázquez, Rafael, Leonardo da Vinci, Meissonier, Millet, Ingres, Picasso, Juan Gris, Manet, Vermeer de Delft y Mondrian.

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