Bingo o lotería, un juego para disfrutar en familia

El Bingo es un juego de mesa clásico que encandila tanto a niños como a mayores. Por su poca complejidad, no hay manual de instrucciones que revisar más allá de acordar a cuánto sale el cartón, hacer el reparto y definir cuál es el bote para línea y para bingo. Esto facilita lanzarnos a jugar nada más abrir la caja en la que se encuentra recluido y que se saca en ocasiones especiales, como en las navidades.  

Una sobremesa de Navidad o de Año Nuevo, con la familia reunida y ya saciada de comida, es el entorno ideal para echar unas partidas de bingo en la mesa grande del salón. Una situación que cada vez se ve menos, pues hoy en día cada cual está desperdigado —o en grupo— alrededor de una pantalla, pero que en muchas casas se recupera al ser tradición en estas fechas. 

 

 

El origen del Bingo 

La lotería es la precursora directa del bingo. Históricamente la lotería nacional surgió en Italia en el siglo XV, donde existía un juego llamado lotto, que consistía en elegir 5 números de 90 y ganaba quien acertaba los números ganadores. Este funcionamiento fue evolucionando con los años. En el siglo XVIII se expandió por Europa y desde España se llevó el juego a México.  

En España la lotería se jugaba con cartones que valían una perra gorda y se anotaban los números con garbanzos y habichuelas. Mientras que en Estados Unidos, a comienzos del siglo XX, se le conocía como “beano”, por marcar los cartones con alubias (beans). Era un juego muy popular en las ferias y festivales de toda América. 

Edwin Lowe, un vendedor de juguetes estadounidense, descubrió el juego en un festival de Atlanta en 1929. Allí se fijó en un hombre que, cada vez más nervioso, iba completando su cartón. Cuando consiguió el último número, debido a la emoción se levantó y gritó “Bingo!” (en lugar de “beano”), dándole de este modo el nombre que conocemos. El juguetero Lowe decidió comercializar el juego bajo el nombre de “Bingo” y utilizó diferentes impresiones de cartones, que llegaron a ser hasta 6.000 distintos con los años. De manera que consiguió popularizar el juego en todo el mundo.

 

 

¡Línea, Amarrado, Bingo! 

En el bingo hay quienes juegan con sus cartones de siempre, y apenas les hace falta mirar los números, y los que cambian de cartón cada vez que encadenan un par de partidas sin hacer ni una línea. 

Si se suman nuevos jugadores, algo que suele pasar conforme ven con sus propios ojos lo entretenido del Bingo, seguramente haya que sacar los botones del costurero para marcar los números, o bien los garbanzos o las lentejas —a la vieja usanza— para asegurarnos de que no falten fichas. 

 

Motes de los números del bingo 

Luis Pitín (1), la mala pata (13) la niña bonita (15), los dos patitos (22), la edad de cristo (33), el abuelo (90)... Unos apodos inolvidables, cantados de forma popular por el abuelo o la abuela, que perviven en la memoria de los que hemos pasado horas con los cartones del bingo. 

Ser cantador o cantadora tiene su arte. Si está labor se hace bien y con gracia, no por obligación, la diversión está asegurada. 

Seguimos para bingo 

En la actualidad hay muchos tipos de bingos y loterías. En los más antiguos hay que mover una bolsa y sacar los números con la mano. Los más comunes hoy en día son los de girar el bombo y que salga el número de forma automática, incluso hay bingos electrónicos. En todocoleccion puedes encontrar más de 500 bingos y loterías diferentes. 

 

 

Si tenemos la fortuna, quizá estos días nos encontremos con el mantel navideño en la mesa, un villancico de fondo, la copita de baileys cercana, licor de mora o de manzana sin alcohol para los niños y, entre turrones, polvorones y mantecados, comienza la concentración, se sienten las risas, el nerviosismo, la emoción… ¡el 23! Y seguimos para Bingo.