31 de ago, 2018 por Redacción
En 'Historias TC' contamos con el testimonio de Espialidoso, un coleccionista particular de alto nivel cuya experiencia no nos deja indiferentes.
En todocoleccion, el alias ESPIALIDOSO pertenece a un comprador y coleccionista con estudios superiores, mayor de sesenta años, que trabaja en una empresa multinacional con presencia en sesenta países y cuatro continentes. Tal y como nos cuenta, lee en cinco idiomas y habla tres. Un currículum supercaligrafilístico donde los haya.
Este coleccionista particular de alto nivel nos ofrece su testimonio en 'Historias TC'. Una experiencia propia que merece ser contada y que puede ser de utilidad tanto para coleccionistas veteranos como para los iniciados.
- ¿Cuándo despertó su afición por el coleccionismo?
He sido coleccionista desde la infancia: tebeos, libros, coches preferentemente metálicos, soldados y material bélico desde los siete años hasta la adolescencia. En mi primera juventud, coincidiendo con una época de viajes, los cuchillos del mundo se unieron a lo anterior, y las monedas, junto con los omnipresentes libros raros y antiguos de cualquier tema.
- ¿Cómo ha evolucionado su colección?
El común denominador fue, y sigue siendo, mi fascinación por la historia y sus manifestaciones en esos objetos, y los que vinieron después, con una mayor disponibilidad de dinero para adquirirlos. Relojes de bolsillo, muebles de época, cuadros, objetos de plata de uso común en otras épocas, elementos relacionados con el mundo del tabaco, y en los últimos años elementos de escritura.
El espacio físico suele ser uno de los motivos principales por el que he ido primando unas colecciones sobre otras. Nunca se deja de coleccionar, pero sí se puede dar por cumplida una colección cuando se tienen los suficientes elementos de la misma.
En el caso de las plumas, a mis ojos, coinciden tres aspectos en ellas que las hacen más interesantes que otras de las citadas:
- Son piezas mecánicas que representan el esfuerzo evolutivo del ser humano para encontrar la manera más eficiente de utilizarlas en su deseo de comunicar sus sentimientos o sus conocimientos a otros.
- Son bellas y, por ello, son pequeñas obras de arte fácilmente transportables y susceptibles de ser usadas por uno mismo.
- Son testimonio histórico de la capacidad competitiva de las empresas involucradas en su introducción en el mercado y de los diferentes momentos en que fueron creadas y de lo que supusieron para las personas destinatarias que las usaron.
- ¿Cuál es el objeto más preciado de su colección?
Para un coleccionista el objeto más preciado de su colección creo que es la pieza deseada que está persiguiendo en el instante en que se le pregunta. Sin perjuicio de que haya en el tema razones sentimentales por algún objeto en particular.
- ¿Alguna vez ha vendido piezas para comprar otras que le interesaban más en ese momento?
En mi caso nunca me he desprendido de ninguno de los artículos que he adquirido. He extraviado objetos a lo largo de mi vida pero intento mantener los que conservo en las mejores condiciones.
- ¿De qué modo llegó a todocoleccion.net y cuál es su experiencia con la web?
todocoleccion me fue recomendada por un conocido y es un instrumento idóneo para relacionar a quienes ofertan productos con quienes desean adquirirlos. No es su cometido, pero nos sirve para relacionar a coleccionistas entre sí. Con puntuales y muy esporádicos episodios, los ofertantes suelen ser personas conocedoras de lo que ofrecen y de gran seriedad. Mi valoración sería de notable alto a sobresaliente como web.
- ¿Qué consejos le daría a alguien que quiera empezar una colección?
Si tuviese que dar algún consejo a alguien que desee iniciar una colección y no tuviese personas a su alrededor expertas para aconsejarle, sería que leyese todo lo que cayera en sus manos sobre el tema de su interés, y que consulte en Internet sobre la pieza perseguida todo lo que hubiera. Si está en todocoleccion, puede recurrir a la herramienta de preguntas al vendedor para aclarar sus dudas.
Ser coleccionista es una pulsión, lo cual es positivo por la emoción que comporta, pero debe estar controlado de acuerdo con las capacidades económicas del coleccionista. Ceñirse a lo posible no está reñido con alcanzar la plenitud del disfrute que coleccionar comporta.
Los objetos tienen un valor de mercado. Aunque no sea ese el objetivo primordial, no es superfluo primar aquello que sea más fácilmente vendible sobre lo que haya entrado por los ojos con mayor intensidad. Es una opinión personal como todas las anteriores. Cualquier objeto seleccionado y conservado es un regalo para las generaciones que vienen detrás, y eso es para mí lo más valioso del acto de coleccionar.