Salustio Crispo, Cayo.
Traducido en castellano por... Manuel Sueyro. Van añadidas las quatro... Oraciones que pronunció Ciceron contra Catilina; traducidas igualmente a nuestro idioma por... Andrés Laguna.
Madrid, Imprenta de Manuel González, 1786.
21 x 15 cm. 6 h. retrato calcográfico de Salustio 386 pag. 1 h. Piel época con tejuelo y ruedas doradas. Cortes tintados.
Cayo o Gayo Salustio Crispo a (Amiternum, 86 a. C.-Roma, 34 a. C.) fue un historiador romano. Por su obra es considerado como uno de los más importantes historiadores latinos del siglo I a. C. y de toda la latinidad.
Gayo Salustio Crispo es uno de los escritores más conocidos de la antigua Roma y un historiador fundamental. Aunque en su juventud se dejó llevar por la ambición de poder e inició la carrera habitual de los políticos romanos, tras varios años, en los que tuvo más fracasos y reveses que éxitos, y seguramente tras la muerte de César, acabó abandonando toda actividad pública y decidió consagrar el resto de su vida a la historia, forjando un estilo único que lo convirtió en un maestro de la prosa latina ya en su época.
La guerra de Jugurta
Guerra de Yugurta (en latín, Bellum Iugurthinum) describe la guerra entre Roma y el rey númida Jugurta que se desarrolló desde el año 111 hasta el 105 a. C., así como sus causas.
Al emprender la obra, Salustio no contaba con recuerdos propios de la guerra ni con testimonios de los participantes en ella, pues habían pasado más de 60 años desde los acontecimientos a referir.
Para la confección del relato, Salustio contó con los documentos del senado, a los que pudo acceder con facilidad por su posición política. También pudo valerse de la autobiografía de Sila (Comentarii Rerum Suarum) y de la obra de Cornelio Sisenna Historiæ, que hablaba de los tiempos de aquel. Además de éstas y de otras fuentes provenientes de soldados y de políticos que intervinieron en la guerra, Salustio pudo consultar traducciones de textos de origen cartaginés para entrar en detalles geográficos e históricos de África. Tal vez eso explique por qué cometió tantos errores en la descripción de tierras de ese continente, pues los documentos cartaginenses estaban en idioma púnico y las traducciones que había recibido eran de pésima calidad.
En su labor con esta obra, a diferencia de la correspondiente en la Conjuración de Catilina, Salustio dejó de hacer distinción entre buenos y malos, y atribuyó virtudes y defectos a todos los personajes de su historia.
La postura de Salustio contra la nobleza sigue presente en la relación de la guerra, en la que denuncia repetidamente la corrupción de los patricios; también ve sus virtudes, como es el caso de Metelo, mas denuncia de Mario su ambición desmesurada pese a ser de la plebe.
Las lecciones de moral siguen presentes, pero en menor número, también a diferencia de la Conjuración de Catilina, y se da más importancia a las cuestiones políticas. Las digresiones también aparecen en menor número y mejor redactadas.
La cronología de los hechos también está bastante descuidada, tal vez adrede. Muchas de las descripciones de las batallas han sido tachadas de imprecisas, y de poner de manifiesto el poco o nulo conocimiento de los asuntos bélicos por parte del autor.
A pesar de sus errores, la Guerra de Jugurta proporciona una visión muy realista de la política romana, de sus cualidades y de sus defectos, y de cómo se habría de encaminar tarde o temprano al caótico final de la República y al nacimiento del Imperio.
La conjuración de Catilina
La conjuración de Catilina (su primer trabajo publicado) contiene la memorable historia del año 63 a. C. Salustio adopta el punto de vista normalmente aceptado de Catilina, describiéndole como un enemigo deliberado de la ley, el orden y la moralidad, y no ofrece una explicación comprensiva de sus motivos e intenciones. Catilina, debe recordarse, apoyó al partido de Sila, al cual se oponía Salustio. Podría ser cierto, según la teoría de Theodor Mommsen que Salustio estuviera particularmente ansioso por limpiar el nombre de su patrón de cualquier complicidad en dicha conspiración.
Al escribir sobre la conjuración de Catilina, el tono y el estilo de Salustio, y las descripciones del comportamiento de la aristocracia muestran su preocupación por el declive de la moral romana. Al tiempo que vierte sus invectivas contra el carácter depravado y los viciosos actos de Catilina, no deja de constatar que este hombre tenía muchos rasgos nobles, de hecho, todos los necesarios para el éxito social de un romano.
Este tema le dio la oportunidad de explayarse en su retórica a expensas de la vieja aristocracia romana, cuya degeneración se encargó de mostrar en su más oscura faceta. En su conjunto, no es injusto con Cicerón.