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Finaliza: 1 de abril de 2024 19:36:00 CEST
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HISTORIA Y LEYENDA DE LA TORRE DE HERCULES
El ojo de Dios; : historia y leyenda de la Torre de Hércules;José Antonio Parrilla;
Lugar de publicación La Coruña
Editorial Ayuntamiento
Fecha de publicación 1991
Torre de Hércules (La Coruña)
La Coruña--Edificios, estructuras, etc.
Parrilla, José Antonio
Con 32 páginas
ilustrado
Dimensiones 24 cm
Correo certificado 5,5€
Extraído de un texto de José Antonio Parrilla.
Siglos antes de Cristo existía en la bahía coruñesa un poblado de la tribu celta de los ártabros llamado Brigancia. Era un puerto situado donde hoy la Dársena, en el comienzo del actual Paseo Marítimo coruñés, que comerciaba con otros lejanos y era la cabeza del "Magnus Portus Artabrorum" que cita Estrabón. Para algún autor, La Coruña, que en la antigüedad fue una isla, sería la más septentrional de las islas Cassitérides o del estaño, un rosario de diez que comenzaba al sur, frente a la ría de Corcubión.
El año 61 a. de C., Julio César, desde Cádiz, acomete varias incursiones bélicas por las zonas aún desconocidas de Hispania. Plutarco dice que llegó hasta el Mar Exterior y Dion Casio puntializa: "Navegando en dirección a Brigancia, ciudad de Galicia, aterrorizó a sus habitantes con el estruendo de sus naves y, como no habían visto nunca una escuadra de guerra, se rindieron." Pero la incorporación de Brigancia al mundo romano se producirá años después, cuando las tropas de Augusto dominen la totalidad de Galicia.
La situación estratégica del puerto, enlace con los del norte de Europa, decidió a los romanos a construir, en la entrada a la ría, un faro que facilitase la navegación. Fue su autor el arquitecto Gaio Sevio Lupo, natural de Coimbra. Lo levantó en el siglo II de nuestra Era, en el mandato de los emperadores Trajano o Adriano.
La planta del edificio estaba formada -y aún lo está- por cuatro muros de cuadrado, reforzados por una cruz interior del mismo espesor. Disponía de tres pisos, de mayor altura el último. Cada piso, dividido por la cruz en cuatro partes comunicadas entre sí, tenía varias salidas a una rampa exterior que, en espiral, circunvalaba los muros, y por donde ascendía hasta la cúspide las bestias de carga con la leña necesaria para la hoguera que, cada noche, orientaba a los navíos. Modernamente, Hauschild ha concluido que esta rampa, de metro y medio de anchura, estaba protegida por otro muro exterior, desaparecido a lo largo de los siglos. Las últimas excavaciones lo han confirmado. Los muros interiores están formados por un hormigón de cal, arena y guijarros de gran dureza, revestido de piedras de un pie cuadrado, menos de medio metro. Pero los ángulos de las esquinas, puertas y ventanas los componían sillares de granito de mayor tamaño.
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