LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA
Año 1899. Tomo I.
41 x 30 cm. Encuadernación en media piel en mal estado, cubierta suelta.
Una de las obras más profusamente ilustradas en grabados de la imprenta española del siglos XIX con fotografías y publicidad de la época en B/N dentro y fuera de texto.
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“LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA”:
La revista aparecía semanalmente, los días 8, 15, 22 y 30 de cada mes. Comenzó a editarse en 1869 y desapareció en 1921. Fue continuadora de El Museo Universal, editada entre 1857 y 1869. La revista seguía el modelo de prestigiosas publicaciones europeas como las francesas L'Illustration o Le Monde Illustré, Illustrierte Zeitung de Alemania o la italiana La Illustrazione Italiana.
En su cabecera se presentaba como «Periódico de ciencias, artes, literatura, industria y conocimientos útiles». Fue fundada en 1869 en Madrid por Abelardo de Carlos, que fue su director hasta 1881. Lo sucedió en la dirección su hijo Abelardo José de Carlos y Hierro.
Entre los escritores sobresalientes que colaboraron en ella puede citarse a literatos como José Zorrilla, Ramón de Campoamor, Juan Valera, Leopoldo Alas Clarín, Valle-Inclán, Unamuno, Emilia Pardo Bazán o políticos y periodistas como Emilio Castelar, Ángel Fernández de los Ríos, Peregrín García Cadena, Manuel Cañete, José Velarde, Miguel Rodríguez Ferrer, Patrocinio de Biedma o Francisca Sarasate, entre otros. La publicación también incluyó con frecuencia grabados realizados sobre fotografías de J. Laurent.
Cantera de Ilustradores:
Como indica su nombre, La Ilustración Española y Americana se caracterizó por la profusión de ilustraciones representando variados aspectos de la vida cotidiana de España y de los países hispanoamericanos, donde también tuvo difusión. Ello la haría «auténtica escuela de maestros gráficos», dibujantes y grabadores, con Bernardo Rico y Ortega como responsable del diseño de la revista, director artístico y jefe de los talleres de Rivadeneyra, tarea de coordinación en la que le ayudaron su hermano Martín, Arturo Carretero Sánchez o Tomás Carlos Capuz Alonso, asimismo pintores, dibujantes y/o grabadores.
La variedad de temas provocó que entre los artistas colaboradores se desarrollasen especializaciones como ocurriría con Daniel Perea (como retratista de reyes, militares, políticos, artistas, intelectuales, eclesiásticos, científicos o personajes de la alta nobleza) o de José Luis Pellicer, precedente de los reporteros gráficos del siglo XX, enviado especial en la guerra carlista (1872-1876) y la guerra ruso-turca (1877-1878), además de corresponsal de las principales revistas ilustradas europeas.
La larga lista de maestros gráficos incluyó pintores como Alejandro Ferrant, Enrique Simonet, Juan Comba, Valeriano Domínguez Bécquer, Isidro Gil y Eduardo Sánchez Solá; o ilustradores y humoristas como Francisco y Daniel Ortego, Tomás Padró, Félix Badillo, Manuel Alcázar, Domingo Muñoz, Alfredo Perea o Mariano Pedrero. A ellos hay que añadir los nombres de algunos corresponsales gráficos en provincias, entre los que destacaron el barcelonés Manuel Obiols Delgado, el sevillano Ramiro Franco Pacheco, el valenciano Castells y José Riudavets, entre otros muchos.