Correspondencia (11 cartas, 3 sobres) desde Argentina a España. 1949-1957. Relata caída de Perón.

Tres sobres con 11 cartas y una felicitación navideña enviadas por correo aéreo desde Argentina a España por una emigrada española en Buenos Aires entre 1949-1957.

El contenido de las cartas es eminentemente familiar, pero varias contienen elementos que reflejan la vida de un emigrado en Argentina. Una de ellas está escrita en el vapor Conte Grande, un trasatlántico italiano propiedad de la naviera Lloyd Sabaudo, que hacía la ruta de la Península a Canarias y de allí a Buenos Aires. Se describe el barco en detalle, incluido el menú del desayuno. “En el tercer piso hay tiendas, piscina y la capilla, que es monísima tiene dos altares y dicen cada día cinco misas…”

Otra carta fue escrita el 10 de octubre de 1955, justo después de que Perón fuera derrocado tras un golpe de estado antiperonista y el bombardeo por la Aviación Naval de la Plaza de Mayo de Buenos Aires. “Hemos vivido días de verdadera angustia… a pesar de que la lucha empezó en Córdoba, a 800 km de Buenos Aires, teníamos toda la escuadra frente al puerto de y el ultimátum era que si no se entregaban iban a bombardear. … Dile a Luis que ya puede romper La Razón de mi Vida” (el libro autobiográfico de Eva Perón y que constituía el ideario peronista). Más adelante dice: ”En cuarenta y ocho horas se ha hecho una limpieza de bustos, retratos, afiches, nombres de él y ella, que parece otra ciudad. Perón está en una cañonera paraguaya en el kilómetro 10 frente a la rada de Buenos Aires. Dicen que en el Paraguay no lo quieren. A pesar de la millonada que tiene en el extranjero será el judío errante porque nadie lo quiere. En el año 1946 embarcó para Suiza 124.000 águilas (monedas de oro) de los Estados Unidos, que son sesenta millones de pesos argentinos”.

En otra carta, escrita en 1957 dice: “Estoy organizando una kermesse para el Sindicato Católico. Tenemos que trabajar mucho para conquistar la clase obrera. Los protestantes y comunistas trabajan sin descanso. Los dos millones de votos en blanco han despertado a los católicos”.