Delicada pareja de centros decorativos realizados en porcelana de Manises, con cuerpo ovalado sobre patas cabriolé, esmaltados en tonos verde agua y realzados con fileteados en pan de oro al fuego. Cada pieza está coronada por un querubín infantil modelado en bulto redondo, acompañado de un conjunto de flores y hojas aplicadas a mano, con un minucioso trabajo en los pétalos y toques dorados que aportan viveza y riqueza ornamental.
Destacan por su valor decorativo y por conservarse en pareja original, algo poco frecuente en este tipo de porcelanas.
Un conjunto ideal para realzar consolas, aparadores o vitrinas, representativo de la tradición cerámica valenciana.