El grupo y el single más famosos del sonido chiclé que la super K (Kasenetz y Katz) propusieron al mundo desde el sello Buddah como alternativa inane al beligerante momento que se vivía con la canción protesta, los Doors, la psicodelia más aletargante y el hard rock más farragoso. Canciones infantiles como el SIMON SAYS adaptadas para los jóvenes que se negaban a crecer (y para Tricia Nixon, que me imagino que también lo bailaba).