La reedición española, diez años después, del disco de Barbra que incluía buena parte del repertorio que conformaba su primer especial televisivo. Una extravagancia con un montón de guiños infantiles (hay un tema de la película PINOCHO, cuestión de narices), muchos autobiográficos en donde da rienda suelta a su histrionismo genial (preferible a Marujita Diaz cuando se ponía en trance de caracterizaciones parvularias) y con ese momento supremo que es el MY MAN, en honor a la caricata judía Fanny Brice y, ya de paso, de toda la comunidad gaya anglosajona que la hizo suya (todo venía del Paris con plumas, de la Mistinguette. Ningún handicap pues Barbra era un poco afrancesada)