Anillo Jesuita con las siglas IHS cruz y clavos
Material: bronce.
Siglo: XVI-XVIII D.C
Peso: 21,4 Gramos
Medida interior: 27mm ancho x 24mm alto.
Estado: buen estado de conservación, este anillo a sido restaurado y repatinado profesionalmente.
HISTORIA:
El monograma IHS fue adoptado como sello por Ignacio de Loyola, uno de los fundadores de la Compañía de Jesús, con lo que devino en símbolo de la Societas Jesu. Tras usarlo así Ignacio en su sello como general o superior de esta orden, los jesuitas a menudo lo unen a unos rayos solares que se desprenden del símbolo.
SIGNIFICADO DE LAS SIGLAS IHS:
El monograma IHS aparece en los primeros siglos de nuestra era, a partir del nombre griego de Jesús: Ιησούς (en mayúsculas ΙΗΣΟΥΣ), del que sería abreviatura.
Esta abreviatura, iota-eta-sigma, es IHΣ, siendo sustituida la sigma final por la S, pero permaneciendo la eta griega, por su similitud con la H latina, y quedando como lo conocemos ahora.
INTERPRETACIONES:
El olvido del origen del monograma dio lugar a etimologías populares:
ICONOGRAFÍA:
Este monograma se encuentra en numerosos cuadros y relieves, a menudo en solitario, pues su sola presencia ya es una representación de Jesús para los cristianos. Además a menudo se encuentra asociado con otros símbolos también representativos de Jesucristo o muy cercanos a él simbólicamente.
La cruz
La representación desde el paleocristianismo es muy rica y variada, acompañándose a menudo de otros elementos, como la cruz. La cruz ha acompañado al monograma tanto en mayúsculas (ilustración de la derecha) como en minúsculas, a menudo usando la h minúscula para simbolizar a la vez la cruz atravesándola con un trazo, especialmente utilizando para ello las minúsculas góticas, como en la ilustración de la izquierda.
Jesús
Unida a la vinculación con la cruz, se ha dado la representación del monograma IHS junto a Jesús, a menudo crucificado, si bien se ha dado también junto con el niño.
Los clavos
Otro símbolo del martirio de Jesús que se une a la cruz en la representación del monograma son los clavos, que pretenden recordar aquellos que clavaron a la cruz a Jesucristo durante su crucifixión. Por lo general estos clavos se representan en número de tres, figurando la representación clásica de la crucifixión de Cristo en la que un clavo atraviesa cada mano y un tercero ambos pies, puestos uno sobre otro.
Crismones
Se dio durante el románico su inclusión en los crismones, afirmando la presencia del hijo en la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) que se unía a este símbolo cristiano, si bien ambos en realidad remiten al mismo símbolo: el de Jesús.