Entre otras -y tambien relevantes cuestiones- Alberto Pimenta nos ilustra con este Discurso de como el hijo-de-puta existe y practicamente se encuentra en todos los lugares. De lo poco que se sabe acerca de el. De como los trajes y la configuracion fisica no bastan para definirlo. De algunos rasgos distintivos del hijo-de-puta. De sus gustos, y los sitios que ocupa. De las maneras del hijo-de-puta de ser hijo-de-puta. De como todo hijo-de-puta es por encima de todo hijo-de-puta. De sus grandes especializaciones. De su vida privada y publica. Y de las infinitas variedades de hijo-de-puta.