Autor: Lara Siscar, LARA SISCAR
ISBN: 8401019648
EAN: 9788401019647
Inspirada en hechos reales, Flores negras es un rotundo alegato contra la indiferencia y la normalizacion de la violencia verbal, fisica o sexual hacia las mujeres.Unthrillerextraordinario y original que nos obliga a reflexionar sobre la condicion humana y nuestras contradicciones.Berta Martos es locutora de radio en un programa nocturno. Esta acostumbrada a que las llamadas de sus oyentes hablen de soledad y desamor, pero la de esta noche es diferente: al otro lado de la linea telefonica un disparo interrumpe la conversacion que mantiene con un desconocido que esta a punto de hacerle una confesion. El escandalo estalla en las redes sociales, donde miles de personas culpan a la periodista de lo sucedido y exigen su cabeza para saciar su sed de justicia.Sometida a una excedencia forzosa, Berta decide refugiarse en casa de su madre, una famosa actriz retirada hace decadas que quiso aislarse de todo en un pueblo olvidado del mundo en una finca que alberga un inquietante jardin de flores tropicales.Un pintoresco lugar en el que los fantasmas del pasado no tardaran en unirse a los del presente y poner a prueba la coraza que Berta ha construido para sobrevivir.En el extremo mas alejado, se encontraba el rincon del paraiso. Un rectangulo, de siete metros por tres, delimitado desde el cielo por una descontextualizada enredadera repleta de racimos de una flor carnosa, de color turquesa y forma rara. De uña. De uña bestial. De garra. Decenas, centenares de uñas vegetales de color turquesa colgadas de un delicado enrejado verde. Uñas de pajaro. Un emparrado de jade. Habian crecido tanto que casi tocaban los extremos de las flores que tenian debajo. Aves del paraiso. Parecia que jugaban a las estalactitas y las estalagmitas, flores que caian y flores que se elevaban a punto de unirse en aquella gruta psicodelica donde siempre se le erizaba a uno la piel de la nuca. El sistema de riego mantenia una humedad constante que nutria a aquellas flores llenas, gruesas, egoistas, voraces. Berta no habia entrado en aquella esquina extraterrestre desde hacia tiempo. Meses, tal vez años. La miraba siempre desde fuera. Esta vez no se dejo intimidar. Decidio dar el paso. Uno. Y despues otro. Y retirando la mirada casi para irse, vio algo. Algo distinto. Algo que no se parecia a nada de lo que habia visto antes alli.