Contrastando la crueldad y la guerra de los indios con la santidad del misionero, se
pretende como una condena de la alabanza del "buen salvaje" de los filósofos; el autor
insiste en que el Natchez Indian Chactas era "más que un medio civilizado", y los valores
positivos se consideran más o menos sinónimo de cristianismo y europeización. Sin
embargo, la decisión de presentar al menos dos indios con simpatía irritó posteriores
generaciones de lectores cuyas actitudes habían sido moldeada por "racismo científico", y
aún hoy es a menudo asumido por los lectores ocasionales (que no leen los prefacios)
que Chateaubriand era un promulgador lugar que un denunciante del concepto de "buen salvaje