- «Nadie quiere ver a un niño caído en un agujero. Les molesta. Se sienten mal. Piensa en esas personas que ven las desgracias en la televisión. Comen, cenan, hablan, y cuando hay algo trágico cambian el canal con sólo un dedo. ¡Un dedo! Así de fácil. Un dedo y la realidad a hacer puñetas».