DE Roberto Olmos Fernández. Fuente de la Fama, 2010. Hay un viejo aforismo escocés que dice: «el día en que cada hombre sepa su ración exacta de güisqui se acabarán los médicos». Beber es, pues, una actividad seria y seguramente importante que no puede despacharse a la ligera, y mucho menos en abrevaderos o con venenos y vajillas de delictiva procedencia. Beber es, seguramente, lo menos parecido a lo que sucede en esas convocatorias donde miles de jóvenes necesitados de contactos y calor social se aturden voluntariamente para no pensar en lo que todo el mundo piensa con más frecuencia de lo que parece: que tenemos que morirnos, nos pongamos como nos pongamos. Otras personas, limpias, cuidadas y aseadas gustan de beber, simplemente, como forma de solazarse. Esta actividad, libremente elegida, deben llevarla a cabo las más de las veces en condiciones deplorables, ajenas, desde luego, a su propia condición. Condenados a beber en locales más cercanos a la realidad de las naves industriales, regentados por déspotas señoritas abocadas desde jóvenes a las grandes tallas de sujetadores, envueltas en músicas de otros mundos que parecen querer ofender nuestra propia realidad sonora, nuestros protagonistas vagan por la ciudad mendigan- do, casi, un lugar en el que puedan sentarse a beber sin tener que renegar de lo que son y, sobre todo, de lo que han sido. Este libro trata básicamente de las denuncias y anhelos de esta rara especie de bebedores que han sido privados de sus sitios de costumbre convertidos hoy en casas de lo otro. 171 pp. 21 x 12. Tapa blanda de editorial ilustrada con solapas. Sin subrayados ni anotaciones. Buen estado de conservación. ISBN: 9788461442102