En el corazón de la batalla, Geoff Fulton siempre llevaría consigo el recuerdo de la noche en que, estando de permiso, su oportuna intervención rescató a Lizzie Gillespie, de catorce años, del más antiguo de los peligros para una joven. El año era 1937 y el lugar, un enclave rural del condado de Durham. Viendo en Lizzie una chica con espíritu, Geoff concluyó que ella podría, con cuidado y entrenamiento, resolver su problema y beneficiarse a sí misma. En 1943, cuando Geoff regresó herido de la guerra del desierto, se encontró con una Lizzie a la que apenas reconocía: madura y muy atractiva.