Addison Addley se enfrenta a un gran cambio: su madre quiere vender su acogedora casa antigua para mudarse a una casa adosada en un nuevo complejo. Para Addison, esto significa vivir en una "caja de zapatos cerca de una fábrica de zapatos". Como siempre, el cerebro de Addison se pone en marcha mientras intenta resolver dos problemas: primero, debe lograr que su madre vea su antigua casa con nuevos ojos, y luego debe descubrir quién es el responsable de una serie de robos en el vecindario que hacen que su madre se sienta insegura. Con la ayuda de su amigo Sam, Addison le da su propio toque único a las ilusiones ópticas (y a la decoración del hogar) y termina sorprendiendo a todos, incluso a sí mismo.