En 'Afecto y morada', Luigi Giussani explora la construcción de la familia basada en la capacidad afectiva, contrastándola con la visión del mundo que reduce el afecto a instintividad. El autor plantea la fragilidad de la afectividad humana y la búsqueda de una base estable y segura para construir relaciones duraderas. A través de una perspectiva cristiana, Giussani propone que el misterio de Dios transforma la fragilidad humana, haciéndola capaz de gratuidad y construyendo una nueva humanidad basada en la amistad y el amor.