Alí Babá encuentra una cueva llena de grandes tesoros, cuya puerta se abre y se cierra con tan solo pronunciar una fórmula mágica. Pero ¡cuidado! No se debe ser demasiado ambicioso, si no, podemos encontrar nuestra perdición. Este relato de aventuras nos enseña sobre cómo podemos caer en la trampa de la ambición.