En 'Almendros, pozos y rumanos', Rafael Moriles ve su mundo desmoronarse, sumido en el caos y la sospecha de locura. Lo que parecía una vida perfecta, con un buen trabajo y una familia estable, se desvanece, arrastrándolo a un viaje terrible y redentor que supera cualquier horror imaginable. Esta novela explora las profundidades de la conciencia y la realidad, llevando al lector a cuestionar los límites de la cordura y la percepción.