Ambientada en Japón después de la Segunda Guerra Mundial, la novela sigue a Masuji Ono, un anciano pintor que reflexiona sobre su vida y su carrera, marcada por el auge del militarismo japonés. A través de sus recuerdos, se exploran temas de responsabilidad, arrepentimiento y la naturaleza subjetiva de la memoria. Ishiguro teje una narrativa sutil y conmovedora que invita a la reflexión sobre el pasado y su impacto en el presente.