En este conmovedor libro, Kim Sheridan comparte historias reales sobre la vida después de la muerte de los animales, ofreciendo consuelo y esperanza a quienes han perdido a sus queridas mascotas. A través de sus propias experiencias y las de otros, Sheridan presenta evidencia convincente de que los animales tienen un lugar en el más allá, brindando un mensaje reconfortante para todos los amantes de los animales.