En 'Building Respected Companies', Jordi Canals argumenta que debemos abordar este problema desarrollando empresas que sirvan a la sociedad, no solo a sus accionistas. Esto requiere una nueva perspectiva de lo que es una empresa, cuál debería ser el propósito de la empresa en la sociedad y cuál debería ser el papel del consejo de administración y los altos ejecutivos. En las últimas décadas, la maximización del valor para el accionista se ha convertido en el principal objetivo de la empresa. Los directores ejecutivos se han mostrado interesados en este objetivo porque sus incentivos económicos se han asociado claramente con el rendimiento del mercado de valores. Desafortunadamente, esto ha llevado a muchos directores ejecutivos a tomar decisiones terribles basadas en el cortoplacismo y la codicia.