En esta emocionante saga familiar de Sarah Lark, regresamos a Nueva Zelanda para seguir la historia de los irlandeses convictos que colonizaron Australia. Un viaje a los confines del mundo, un alma prisionera de un secreto y el latido del amor que se esconde en Nueva Zelanda. En Irlanda, 1846, Kathleen y Michael, enamorados, planean abandonar su tierra natal en busca de una vida mejor, pero sus sueños se ven truncados cuando Michael es condenado como rebelde y exiliado a Australia. Kathleen, embarazada, se ve obligada a casarse con un comerciante de ganado y emigrar a Nueva Zelanda. Mientras tanto, Michael, con la ayuda de Lizzie, intentará escapar de la colonia penal para reencontrarse con su primer amor.