En este libro, Justine narra su experiencia personal con la anorexia. A los 14 años, comenzó una dieta para "ser bella", pero pronto se vio atrapada en una espiral que la llevó a perder 36 kilos. Tras ser hospitalizada y alimentada por sonda durante meses, recayó varias veces, desarrollando también bulimia. Agotada física y psicológicamente, tuvo que interrumpir sus estudios. Ahora, a los 17 años, Justine ha recuperado la esperanza y el equilibrio, y comparte su historia para alertar sobre la dictadura de la delgadez y apoyar a otros adolescentes que luchan contra trastornos alimenticios.