En este libro, Françoise Laborde presenta un retrato humorístico y optimista de las mujeres de cincuenta años que abrazan su edad mientras siguen reclamando su independencia y alegría adolescente. A través de su heroína, Isabelle, Laborde explora la madurez y la serenidad que llegan con los años, demostrando que la vida puede ser aún mejor a los cincuenta.