En Code Sixty-One, el sheriff adjunto de Iowa, Carl Houseman, investiga el aparente suicidio de la sobrina de un colega y descubre un grupo que transforma las oscuras fantasías de la leyenda de los vampiros en una cruda realidad: beben ritualmente pequeñas cantidades de sangre unos de otros. A medida que Carl se adentra en este inquietante mundo, se hace evidente que la mujer muerta puede haber sido víctima de un Drácula del siglo XXI. El principal sospechoso, Dan Peale, es una presencia siniestra dentro del grupo, un hombre que, según algunos, bebe sangre y nunca muere. Es una teoría extravagante y atroz, pero las sospechas se ven reforzadas por los rumores de un cazador de vampiros que también persigue a Peale. Muy pronto, Houseman se encuentra luchando por rastrear a un vampiro, antes de que vuelva a matar.