Acompaña a Corentin, el pequeño conejo, en sus vacaciones en la granja de sus abuelos. En este día, se le permite alimentar a las cabras por sí solo, pero con la condición de no entrar al recinto. Corentin se pregunta por qué, ya que las cabras le parecen muy tiernas y le gustaría acariciarlas. Descubre la divertida historia de un conejito que, como todos los niños, a veces hace travesuras.