En los años 50, el joven detective Corell investiga la muerte del brillante matemático Alan Turing, inicialmente considerada un suicidio. La investigación se complica debido a la naturaleza secreta del trabajo de Turing durante la Segunda Guerra Mundial, donde desempeñó un papel crucial en el descifrado del código Enigma de los nazis. Lagercrantz lleva al lector a la Inglaterra de los años 50, revelando el lado oscuro de la posguerra y presentando a dos hombres cuyas habilidades y talentos son puestos a prueba: el detective Leonard Corell y el padre de la informática moderna, Alan Turing.