La obra, compuesta por un conjunto de anotaciones que el autor realizó entre 1859 y 1866, constituye una introducción al pensamiento vivo de Baudelaire, demostrando una vez más esa noción central de que un arte logrado es aquel capaz de materializar las más personales intuiciones a la vez que de hacerse coherente con un pensamiento implícito, no siempre visible, pero activo.