En una tarde de verano junto al lago, Cora Bender está de excursión con su marido y su hijo pequeño. A primera vista, parecen una familia normal disfrutando de un día soleado. Sin embargo, Cora Bender ha decidido morir. Pero entonces todo cambia: al caer la noche, Cora Bender sigue viva y debe responder por un asesinato. Ha matado a un hombre que, según ella, nunca había visto antes. La autora confiesa, las pruebas son claras. Solo el jefe de inspectores Rudolf Grovian se niega a tratar el caso como un asunto rutinario e inicia sus propias investigaciones. Lo que descubre poco a poco es la pesadilla de una vida que fue destruida antes de empezar.