En la primavera de 2002, tras la caída del régimen talibán, la periodista Åsne Seierstad se instaló en casa del librero Sultán Khan en Kabul. Durante cuatro meses, compartió la vida diaria de su familia, ofreciendo un testimonio íntimo y social de la transición política en Afganistán. A través de este relato, Seierstad explora las complejidades de la sociedad afgana, sus tradiciones y la lucha por la supervivencia en un país que busca liberarse de su pasado.