El planeta Wraten es un mundo virgen y salvaje, rebosante de vida, donde los niños y niñas humanos, en sus primeros años, son ligados a un animal joven a través de una 'unión-token'. Esta unión entrelaza a distancia los cerebros del humano y el animal, permitiéndoles ver y sentir lo que el otro experimenta. El humano controla parcialmente al animal, aunque ambos se influyen mutuamente a través de sus deseos y sensaciones. Esta unión es única e indestructible, impidiendo que un humano se una a otro animal. Así ha sido durante cientos de años.