En un hotel del antiguo barrio japonés de Seattle, Henry Lee descubre objetos abandonados por familias japonesas durante la II Guerra Mundial. Este hallazgo lo lleva a recordar su infancia y su amor por Keiko, una niña americana de origen japonés, de quien fue separado tras el ataque a Pearl Harbor. Henry emprenderá un viaje en busca de ese amor perdido, un recuerdo que perdura como el sabor del jengibre.