Ambientada en el siglo XV, esta novela histórica nos recuerda que el éxito en la pintura era similar al estrellato pop y podía ser una cuestión de vida o muerte. El maestro Francesco Monterga, tiene un discípulo prodigioso, Pietro de la Chiesa, es asesinado violentamente en su mejor momento. En el fondo, hay una 'guerra' en curso entre los principales artistas italianos, que han dominado las matemáticas de la perspectiva, y la escuela flamenca, con su don alquímico para mezclar pintura para lograr tonos y matices que reflejan los de la Creación Divina. La ambición final, aparentemente inalcanzable, es reconciliar estos talentos, y la trama gira en torno a si el joven Pietro se había acercado a dominar las artes de la forma y el contenido antes de su prematura matanza. Al representar este whodunnit en la prosa sensualista familiar de Andahazi, barroca, eróticamente cargada y rica en alusiones al estilo de Borges, logra que nos interesen las cuestiones de la mezcla de tintes y la velocidad a la que se seca la pintura.