En 'Enamorarse de Dios', William Johnston explora la práctica de la oración cristiana, destacando la importancia del amor incondicional en la meditación. Este libro invita a la reflexión sobre la conexión entre la búsqueda interior y la paz mundial, ofreciendo una guía para aquellos interesados en la espiritualidad y el misticismo. El autor argumenta que la meditación, en su esencia religiosa, es un acto de amor profundo que emana del núcleo del ser, fomentando una continua evolución espiritual y una conexión más íntima con lo divino.