Este libro explora la intersección entre la teoría evolutiva y la teoría del aprendizaje, dos campos que históricamente se han desarrollado de forma independiente. A través de una colección de trabajos académicos, se busca fomentar una comprensión más profunda de cómo los mecanismos del aprendizaje pueden ser considerados desde una perspectiva evolutiva, y viceversa. El libro examina cómo la evolución influye en la capacidad de aprendizaje y cómo el aprendizaje puede influir en la evolución, ofreciendo una visión integradora de ambos campos.