Este libro narra la vida de Diego Luis de San Vitores, un jesuita nacido en Burgos en 1627, quien dedicó su vida a la misión evangelizadora en Filipinas y las Islas Marianas. El texto relata su ingreso en la Compañía de Jesús, su viaje a tierras lejanas y su trágico asesinato en 1672. La obra destaca su beatificación en 1985 y su legado como un ejemplo de entrega y sacrificio en la difusión del Evangelio.