Ambientada en un pequeño barrio del País Vasco durante los últimos años del franquismo y la transición, esta novela narra la historia desde la perspectiva de un joven. A través de personajes bien definidos, destaca Adela, una maestra progresista del barrio, cuyo drama humano teje la trama principal. La novela está llena de ecos, creando una estructura donde el tiempo psicológico supera al cronológico. No es un análisis objetivo de una época histórica, sino una lectura sensible, un testimonio de sufrimiento y placer escrito con las cenizas de aquellos que se convirtieron en polvo.