Ambientada en el México de la época de la independencia, esta novela de Ana Diosdado entrelaza los momentos íntimos de una familia con los sucesos de la guerra. El contraste entre lo privado y lo público crea interés y permite la contraposición de los roles masculinos y femeninos. El espacio conventual se presenta como el único que provee la clandestinidad necesaria para las artífices de la historia. Una tormenta de pasiones en el México de la Independencia.