En un momento de cambio social profundo, este libro debate el papel crucial de la escuela como un espacio de acogida e inclusión social. Se replantea el fracaso escolar, entendiéndolo como una falta de adaptación del sistema educativo a la diversidad del alumnado. Se propone una escuela inclusiva que valore la diversidad cultural como un recurso para el aprendizaje, superando actitudes excluyentes y promoviendo una convivencia basada en el respeto y la tolerancia.