Traducción de Miguel Ortuño, Jesús Ruiz Martínez, Rafael García Molina. En un pasado remoto la naturaleza se nos aparecía como algo incomprensible, gobernado por el antojo de los dioses. Durante siglos los científicos fueron rastreando regularidades en ella, hasta que creyeron haber descubierto unas leyes que prescribían el movimiento de cada partícula del universo con exactitud y para siempre: el mundo era como un mecanismo de relojería. Características: 318 pág. rústica 13x21 cm.