En esta encantadora historia de hermandad, Dakota Walker continúa trabajando a tiempo parcial en la tienda de Manhattan fundada por su madre, Georgia. Dakota ha llegado a depender de los miembros del Club de Tejido del Viernes por la Noche para obtener ayuda, incluso mientras luchan con los nuevos desafíos: para Catherine, encontrar el amor después del divorcio; para Darwin, la esperanza de una familia; para Lucie, ser madre soltera y cuidadora de su anciana madre; y para Anita, de setenta y tantos años, una propuesta de matrimonio de su amado Marty, que provoca las objeciones de sus hijos adultos. A medida que los proyectos del club (una manta afgana, patucos, un abrigo de boda) se van uniendo, también lo hace su comprensión de los patrones que subyacen a las tensiones y alegrías de ser madre, esposa, hija y amiga. Porque no es la dificultad de la prenda lo que te convierte en un gran tejedor, sino el cuidado y la atención que pones en la artesanía, así como la forma en que te adaptas a las sorpresas.