Érase una vez, hace mucho tiempo, un pueblo rodeado de montañas. Y justo en la cima de una de esas montañas, vivía una bruja muy mala que odiaba a los niños y no podía reír. La vieja bruja hizo un hechizo para que nadie pudiera dejar de llorar nunca. Un abuelo, que no podía soportar ver llorar a su nieto, se hace amigo de ella y le enseña a jugar a todos los juegos que ella no podía jugar. Este libro pertenece a la colección Tucán Azul.