En el año 7600 a.C., Kildon, chamán de las montañas, y Evlex, la primera Rosa de Jericó, se unieron para dar forma al primer pensamiento místico de la historia de la humanidad: la conciencia del alma y sus primeras manifestaciones. Los arameos transformaron esta leyenda en tradición, permitiendo que llegara a nuestros días como un símbolo universal del amor sublime, trascendiendo culturas y religiones a través del tiempo. Este libro revela los orígenes de la leyenda de Moisés y las Rosas, la motivación de Jesús de Nazaret para bendecirla, y la razón por la cual Saladino I la consideró un testigo excepcional en el pacto de no agresión contra Ricardo I Corazón de León durante las cruzadas.